7 de diciembre de 2006

Se parecen o no?


Primera escena


En la puerta del penal de mujeres Santa Mónica, un domingo cualquiera de visita, Angie Gibaja visita a su buena amiga de pasarelas Malú Costa, caída en desgracia luego de habérsele comprobado el tráfico de drogas a alto nivel. Angie enfurecida, pues para ella las colas no son pan de cada día, increpa a los miembros de la benemérita Policía Nacional las demoras y los trámites. Una o dos horas mas tarde, luego de comprobarse que Angie aún no había procesado todo el alcohol de la noche de juerga[1], el suboficial de tercera Ramírez le niega el acceso. Las omnipresentes cámaras de televisión registran todos los hechos. Angie bufa, brama, insulta. Es inútil, la decisión ha sido tomada. Los policías tratan de pasar piola ante las cámaras de Magali TV. Ante el chongazo armado por Angie, el suboficial de tercera Ramírez le pide por favor a la señorita que se retire, que circule por favor. La cámara poncha en primer plano la cara del oficial confundido por los flashes y las luces. Angie está más confundida aún: a quién se le habrá ocurrido negarle el acceso a una modelo?, quién se habrá creído este?, no sabe quién soy yo?. Examina el rostro del efectivo, lo escanea, lo compara. Quiere insultarlo, no hay duda. No le salen las palabras. Finalmente recurre a lo fácil, al insulto primario, al adjetivo racial. Pero no, esta vez no es un cholo, ni un serrano el que está al frente. Angie grito a las cámaras: “Car’e Iquitos”. Nunca una chapa peor puesta.
Hay que decirlo. Si algún referente geográfico podríamos atribuirle al suboficial de tercera era justamente el sector oriental del Perú. Era clara su ascendencia selvática. Pudiste improvisar mejor chapa Angie. Tarea para la casa (o para la cárcel).


Segunda escena


Trepado en un helicóptero rumbo a la comunidad nativa de Mazokiato, selva del Cusco, distrito de Echarate, provincia de La Convención, pienso en los días que iré a pasar entre los putos sanguinarios mosquitos y sin tele pa concha.
No es novedad que cuando una persona de Lima llega a una comunidad lo primero es que a uno le cambian la profesión., automáticamente se convierte en un ingeniero. Ingeniero para aquí, ingeniero para allá. Qué caso tiene explicar qué es un sociólogo, en realidad, hasta ahora no se lo podría explicar a nadie y a quien le importa.
Lo segundo es que uno nota una amabilidad excesiva de la gente, una deferencia exagerada, un cuidado en la atención desmesurado. Ni mi mamá carajo, pienso. Todos son buena gente. Todos te saludan. En la mañana un buenos días, en las noches todos, buenas noches inge (con un poco más de confianza al segundo día).
La única huevada es que la gente te saluda: Inge, cómo está. Y hasta con tu nombre. Y la cagada, tu no puedes reconocerlos. No puedes distinguirlos, individualizarlos. Todos se parecen. El de aquí es el jefe de la comunidad? O es el de la tiendita de gaseosas Frutti Kola?. No puedes tener seguridad si a quién le dices Doger[2] es Doger, sí Yakeli, es Yakeli. Te da roche saludar. A lo más un hola, buenos días o un chau impersonal.

La masa de caras se te aparecen iguales, y a lo lejos recuerdo a nuestra Angie y su insulto. Será que todos tienen cara de Iquitos, o en este caso cara de Mazokiato. Y si hago eso, a todos, hola Makokiato, cómo estas Mazokiato?, buenas noches Mazokiato. A la mierda las personas, total son comunidad, si o no?. Si. O No?.

Al tercer día, mientras almorzaba por cuchicienta vez fideos con atún, me sorprendí llamando a Santiago por un poquito de sal pal atuncito. A Herminio ya lo reconocía y le decía pa matar el tiempo yendo a pescar. De hecho, tengo que admitir que recibía ayuda de vez en cuando, pero ya no me daba roche intentar los nombres. Total, ahora la mayoría de las veces acertaba.

Pero no siempre, y donde siempre fallaba era con los chiquitos. Este era Ginetón o Jhonico. Es Yasmil o Yaneth. La puta, ahí si que estaba yuca la tarea.
Entrando al cuarto día, ya podía distinguir a Honofrio o Yul Wilson. Pero no a todos. Y me tuve que ir con la tarea incompleta. No pude lograr individualizar a todos. Me queda la pica que no podré recordar a todos por su nombre. De hecho en unos días se me olvidaran sus nombres, pero por lo menos el intento se hizo.
En la mañana del quinto día, por fin escuchamos el ruido del esperado helicóptero que nos sacaría. Por fin. Adios Santiago, adios Doger, adios todos, menos los que nunca supe su nombre. Ellos como siempre, se despidieron. Hasta luego Inge, venga a visitarnos. Extrañaré eso, los saludos de la mañana, como si fuéramos íntimos, las buenas noches antes de dormir. En un tiempo no me acordaré de sus caras y de sus nombres pero sí de sus buenos modales.
Una pregunta final: Te despides cada noche de tus papas Angiecita?

[1] Convenientemente solapada con una gorrita.
[2] Todos los nombres presentados son reales. Cualquier semejanza con hechos reales es a propósito.

4 comentarios:

Inadecuada dijo...

Como te dije hace un rato mi estimado consultor (jeje) a mi lo que más escalofrios me dio no fue lo que dijo sino el poco rebote que tuvo. Presentaron ese video en Magaly TV y luego de pasarlo (yo estaba con la boca abierta luego de escuchar semejante barbaridad) los comentarios se centraron en lo borracha que estaba la angie y no sé que tonteras más. Ya sé que Magaly Tv no es precisamente el espacio para discutir esos temas pero que ni se inmutaran AAAASUUUU, era la dimension desconocida eso!!! y Además... PERO DIOS SANTOOO!! y el resto de los medios?????!!!

Pffffff

Ya mi hiciste hacer higado causa

(y confesar públicamente que a veces veo Magaly TV ;)

noseasloco dijo...

bueeeeeeeena Ingeniero VARON!!!

ademas no es "Ingeniero", sino "INGINIRO" jajajaja!!

ArMaNi dijo...

seguro tb te decian inginiro en pachacuti

Roberto dijo...

hey! me sacaron de sus enlaces!