2 de abril de 2007

Perra

Llegó un día, chiquita, tímida, inspeccionando, oliendo, meando. Llegó mientras otras personas se iban de mi vida. En esa época era una perrita.
Se salvó por un día, nos demorábamos 24 horas más y hubiera pasado su vida entre otros perros, en un criadero. Quién sabe si hubiera estado más contenta, moviendo la cola entre otros como ella, más grandes o más chicos pero de su mismo mundo. Yo la verdad no creo, creo que “criadero” es un eufemismo para ocultar una vida de perros.
Se supone que ya tenía un nombre: Tuercas le decían, la verdad a mi hermana y a mí ese nombre no sonaba a nada. Su aspecto no era de Tuercas. Cuando llegó teníamos pendiente el asunto del nombre, nos gustaba algo medio cortazariano, tipo Maga. Pero sonaba a diminutivo de Magali y nada que ver pes. Así que cambiamos una letra y quedó en Maya. Así le pusimos y así se llama hasta ahora, claro con sus cariñitivos: Mayi, Mayita, Mayonesa, y todo lo que empezara con esas letras.
Ella ha sobrevivido a muchos cambios en mi casa. De vivir con mi familia, a vivir solo, de ahí a vivir con roomates, con una chica y ahora con mi sobrina. Creo que en mayor o menor medida se ha llevado bien con todos. Cuando llegaba gente no solía ser muy sociable, ahora ya es menos tímida, ya no le importa que haya gente hablando, igual se sienta en algún lado a retozar. Claro, mientras no sean niños critters que creen que es un juguete, ahí si que zafa más rápido, ya los conoce, los chequea y fuga a la carrera debajo de alguna cama.
Ahora es toda una perra. Ha crecido, engordó un tiempo, estuvo a dieta y ya esta en forma. Sin embargo ya tiene siete años y se está haciendo viejita. Los cálculos estiman que cada año perruno son como siete humanos, así que sumando serían como cincuenta años.
Antes todos los días era movida de cola cada vez que regresaba a casa, así hubiera salido a comprar el pan. Ahora sólo hay movida cuando llego y ella está sola. Antes la llamaba a silbidos y corría y de un salto ya estaba encima del sillón, ahora ya no sube rápido, es mas, creo que le da calambres. Yo no sube sola. Con razón, antes dormía en “su” sillón, ahora lo hace en la alfombra nomás.
Dicen que los perros son los mejores amigos del hombre. Lamentablemente los hombres no son los mejores amigos de los perros. He visto gente maltratar a sus animales, tirarlos a la calle, encerrarlos en el techo, estresarlos con gritos o patadas, hacerlos pelear por un poco de hombría que ellos no saben ganar de otra manera. Y estos perros ahí están durmiendo en la puerta de la casa, cuidando el techo, moviéndole la cola al tirano de la casa, peleando las luchas que otros pierden.
También he visto perros que no son maltratados pero la pasan mal. Ahí están en medio de la puna corriendo tras el rebaño, en la selva muriéndose de calor con la lengua fuera o al costado de la choza de algún mendigo cuidando sus trapos y harapos.Dicen que los perros son un símbolo de fidelidad yo creo que más son de amistad. Hay gente que trata a sus perros como hijos, yo trato a Maya como amiga. Es mi pata. Ha sido testigo de mis paltas y mis alegrías. Le cuento cosas, a veces también la ignoro. Pero ahí estamos, pa´lante Maya, aguante.


3 comentarios:

Languidstillness dijo...

los perritos dicen arf no guau como todos piensan

yo tuve varios pero ya no se puede pq mi casa es mi chiquita buaaaaaaaaaaaa

me gusta maya toda chiquitilina

noseasloco dijo...

los perros dicen GUAU GUAU!!!

María Laura dijo...

dicen RAF RAF!