Existen tres clases de personas, las que nunca han jugado un videojuego, las que se quedaron en el Super Nintendo y los que llegaron a los videojuegos de ahora, tipo Play Station 3, X-Box o al Nintendo Wii.
Estas diferencias son principalmente generacionales. Yo me quedé en el segundo grupo. Fui de la generación que se sorprendió con las primeras consolas, esos niños que fantaseaban en navidad con un Atari 2600, y que se quedaban alucinados haciéndose la idea que esos cuadrados gruesos en la pantalla eran tanques en el juego del mismo nombre (en inglés claro) o que se divertían con una línea donde rebotaba otro punto y desaparecían bloques en ese juego adictivo llamado Javanoid. Los padres no entendían como el televisor podía transformarse en ese aparato interactivo y como sus hijos podían quedarse horas atrapados frente a estos aparatos. Definitivamente pertenecían a otra generación, los que sólo usaban el televisor para ver noticias, sin interactividad, meros receptores. Pues ahora sus hijos se habían convertido en players de videojuegos, y viciosos además. Tuvieron que sacarlos a rastras a hacer las tareas e incluso tuvieron que decirles que salieran a la calle a jugar y que no se pasaran todo el día frente a esa máquina del mal.
Todo empezó con una consola que no tuvo tanto éxito: el Coleco pero el verdadero furor se dio con el Atari. Esta consola venía con un mando que era una palanca para direccionar lo que fuéramos en la pantalla: tanques, paletas de ping pong, naves; y con un botón rojo para disparar[1]. Juegos clásicos fueron Tank, Space Invaders y bueno Pac Man.
Estas diferencias son principalmente generacionales. Yo me quedé en el segundo grupo. Fui de la generación que se sorprendió con las primeras consolas, esos niños que fantaseaban en navidad con un Atari 2600, y que se quedaban alucinados haciéndose la idea que esos cuadrados gruesos en la pantalla eran tanques en el juego del mismo nombre (en inglés claro) o que se divertían con una línea donde rebotaba otro punto y desaparecían bloques en ese juego adictivo llamado Javanoid. Los padres no entendían como el televisor podía transformarse en ese aparato interactivo y como sus hijos podían quedarse horas atrapados frente a estos aparatos. Definitivamente pertenecían a otra generación, los que sólo usaban el televisor para ver noticias, sin interactividad, meros receptores. Pues ahora sus hijos se habían convertido en players de videojuegos, y viciosos además. Tuvieron que sacarlos a rastras a hacer las tareas e incluso tuvieron que decirles que salieran a la calle a jugar y que no se pasaran todo el día frente a esa máquina del mal.
Todo empezó con una consola que no tuvo tanto éxito: el Coleco pero el verdadero furor se dio con el Atari. Esta consola venía con un mando que era una palanca para direccionar lo que fuéramos en la pantalla: tanques, paletas de ping pong, naves; y con un botón rojo para disparar[1]. Juegos clásicos fueron Tank, Space Invaders y bueno Pac Man.
El siguiente paso fue la revolución de los botones de los mandos. Y ahí la clave fue el Super Nintendo con su mando con un aspa para las direccionales y sus 4 botones (A, B, X, Y) para jugar. Ahí las destrezas tuvieron que multiplicarse. Yo no consistía simplemente en disparar, sino que ahora podías hacerlo de muchas maneras. Todas las que permitieran las combinaciones de esos botones. Creo que las habilidades de mi generación llegaron hasta el límite con ese número de botones. Tuvo sus juegos clásicos, como Top Gear, Mortal Kombat, Street Fighter y el inefable Mario Bros.
La siguiente generación pedía más y más. El siguiente paso, vedado para mi generación, fue el Play Station, que le agregó dos botones mas al mando y con la gran novedad fue que ahora los juegos ya no venían en cartuchos sino en discos compactos. Exacto, mi generación sólo llegó a los discos compactos para música, ésta ahora los usaba para jugar videojuegos. Demonios. Con su sucesor el Play Station 2 se agregaron dos botones mas y ahí si perdimos el tren definitivamente.
Lo demás es historia de la que no somos parte. Vinieron los juegos en red. Vinieron los juegos con alta definición de video y sonido. Vino el Nintendo Wii que se supone capta el movimiento del player. En fin. Demasiada coordinación psicomotriz para mi generación, demasiada interactividad y posibilidades para las responsabilidades de una generación que ya comenzó a estudiar y trabajar.
[1] También había otro mando tipo pad, con una especie de sintonizador para los movimientos y con el botón de disparo al costado.